La otra orilla

La otra orilla

Hace más de 500 años, Fernando de Magallanes y su flota de cinco barcos partían del Puerto de Sevilla con el objetivo de llegar a las islas de las Especias por el Oeste. No podían imaginar que la aventura que estaban emprendiendo iba a ser la primera circunnavegación de la tierra, una historia apasionante, llena de peripecias y de sinsabores, que costó la vida a muchos de aquellos marinos, incluido el propio Magallanes, y que culminó Juan Sebastián Elcano al frente de una tropa muy diezmada, con un solo pecio, la Nao Victoria, y probablemente sin ser del todo consciente del alcance de su gesta.

Las crónicas de aquel viaje nos han dejado historias dignas de la mejor de las ficciones y un relato que ha sido ya objeto de numerosas exposiciones y ahora de un Congreso Internacional de Innovación Social que tendrá lugar en septiembre de 2020, cuando se cumplirán 501 años de la hazaña a la que se refiere.

La gesta tiene que ver hoy con saber innovar y adaptarse a las necesidades de este mundo que viene. De esta nueva realidad. Partiendo de la propia organización del Congreso, que estaba concebido para ser enteramente presencial y al que la pandemia del COVID-19 ha transformado hacia un formato híbrido.

En estos últimos meses hemos visto cosas que no creeríamos. Hemos conocido una epidemia, una palabra que nos remitía más a la Peste de la Sevilla del siglo XVII que a nuestro mundo seguro y confortable del siglo XXI. Confinamiento, distancia social, uso generalizado de mascarillas, teletrabajo o suspensión de clases presenciales en todos los niveles educativos han sido ingredientes de este 2020 tan extraño, en el que un virus hasta ahora desconocido y con origen oriental (ha cruzado medio mundo, como nuestros navegantes) nos ha hecho llorar a miles de muertos.

Pero no todas las lecciones de esta crisis han sido negativas. Al otro lado del río del que salieron Magallanes y Elcano, en el Parque Científico y Tecnológico Cartuja (PCT Cartuja), hemos visto ejemplos de decenas de empresas que han colaborado para ofrecer lo mejor de sí mismas ante esta pandemia. Investigando al servicio de la sanidad. Poniendo su inteligencia a disposición de otras empresas. Creando soluciones que conviertan en más habitable el mundo de hoy y el mundo que viene.

La innovación social es un hecho en este recinto tecnológico. En nuestro origen, por ser herederos del recinto de la Exposición Universal de 1992, está otro quinto centenario, el del Descubrimiento de América, y también nuestros fundadores, como Magallanes y Elcano, no sabían hasta dónde iba a alcanzar su gesta: Las previsiones más optimistas apuntaban a que seríamos un recinto con 3.000 empleos. Hoy, el PCT Cartuja es uno de los parques científicos y tecnológicos de mayor envergadura de Europa, con más de 500 entidades, que generan 18.500 empleos directos y una actividad económica cercana a los 2.400 millones de euros.

Las propias características de las empresas que componen el PCT (casi dos tercios se dedican a las tecnologías y a los servicios avanzados) ha facilitado la adaptación durante el Estado de Alarma, con buena parte de los profesionales trabajando en remoto desde mediados de marzo, si bien en el Parque han permanecido actividades esenciales, como las de investigación o servicios sanitarios o los medios de comunicación que tienen aquí su sede.

Hemos superado esta prueba y hemos demostrado que somos mucho más que un espacio físico, uniendo a las empresas y sus profesionales, ofreciéndoles información de valor, proporcionándoles la oportunidad de compartir su conocimiento a través de nuestros canales y manteniendo vivo el vínculo al que alude nuestro lema: Innova, coopera, crece.

Pero, al mismo tiempo, queremos seguir siendo un espacio físico. Un entorno privilegiado, urbano, llamado a ser no solo el distrito tecnológico de Sevilla, sino la sede de proyectos singulares, como eCity Sevilla, que nos convertirá en el Parque Científico y Tecnológico más sostenible energéticamente de aquí a cinco años, o de centros de investigación, como el JRC, el único de la Comisión Europea con sede en España, que nos diferencian y nos sitúan en el mapa de la innovación global.

Porque queremos seguir siendo un espacio de encuentro físico hemos diseñado el proyecto Parque Seguro, que nos sitúa como el mejor lugar para trabajar con el mínimo riesgo de contagios. Un proyecto que estamos cerrando cuando escribo estas líneas y del que espero que disfruten y se beneficien, tanto las entidades que forman parte de nuestro ecosistema, como los ponentes y asistentes a este Congreso de la Innovación Social, que está llamado a celebrarse en PCT Cartuja.

En la otra orilla de la ciudad, en el PCT Cartuja, está el lugar donde forjan sus historias profesionales los hombres y mujeres que, como los marinos de Magallanes y Elcano, están preparados para poner su granito de arena y cambiar la historia. Una historia, la de este recinto tecnológico, que no ha hecho más que empezar y que promete seguir estando llena de éxitos que sitúen a Sevilla y a Andalucía en el mapa internacional de la innovación. Una flota que admite nuevas incorporaciones, un proyecto común ilusionante en el que siempre animo a las empresas a embarcarse y formar parte de este viaje.

Deseo a los organizadores de este primer Congreso de Innovación Social Magallanes-Elcano una buena navegación, en la que estoy seguro de que les acompañarán algunas de las empresas de nuestro Parque Científico y Tecnológico.

Luis Pérez Díaz

Director general del PCT Cartuja.