Artículo Inés Mazuela

Circunnavegación y pandemia, revolución social

Rememorando la gran hazaña que conmemora este Congreso, encuentro muchas similitudes, salvando las distancias, con el momento que estamos atravesando, especialmente en relación al trabajo autónomo, al que represento en una parte importante. Pero si ya me parecía un acierto esta conmemoración ligándola a la innovación social, la crisis provocada por la Covid-19, reafirma los paralelismos entre la odisea que supuso la circunnavegación y la que estamos viviendo debido a la pandemia.

A priori, puede resultar una afirmación exagerada, pero, vayamos por partes…

Pérdidas humanas. De los 239 hombres que partieron de Sevilla-Sanlúcar de Barrameda, sólo sobrevivieron 18. Esta pandemia también se ha llevado muchas vidas por delante y aún desconocemos las consecuencias sociales y económicas, que de otra forma, puede dar al traste con muchos proyectos de vida.

Mundo globalizado. La hazaña de la circunnavegación, no sólo confirmó que la Tierra es redonda, sino que supuso el inicio de un gran sistema de intercambio entre continentes que abarcó intercambios humanos, biológicos, agropecuarios, culturales o económicos, en lo que se conoce como la primera globalización ibérica.

La pandemia, sin duda, es el máximo exponente de la globalización, ya que afecta a este mundo redondo en su conjunto y nos iguala en su lucha. La afectación de la actividad económica es la misma: negocios cerrados por el confinamiento, límites de aforo por la necesaria distancia social que implican reducción en la rentabilidad, entre otras. Y le afecta igual a un bar o una tienda de Sevilla o Sanlúcar de Barrameda, donde comenzó la travesía, que en Wuhan, donde ha comenzado esta.

Innovación social. Esta globalización, inició nuevas redes de relaciones comerciales que revolucionó el mundo conocido y desconocido. Ahora, son numerosos los ejemplos de reinvención y adaptación en los negocios y en las relaciones comerciales. Por ejemplo, este tiempo que hemos estado confinados el comercio de proximidad ha sido fundamental y se ha demostrado la capacidad de adaptación de los negocios para atender a sus clientes. Se han arriesgado manteniendo sus negocios abiertos, siguiendo prestando el mejor de los servicios posible tanto de forma presencial como a domicilio. Ha sido toda una revolución en materia de innovación social que debemos seguir potenciando.

Financiación. Estas nuevas formas de comerciar, motivó tras la circunnavegación nuevos mecanismos de financiación en colaboración público-privada, como muchas de las medidas que se han adoptado durante esta emergencia y como se reclama en todas las iniciativas de recuperación y reactivación económica.

Emprendimiento. Pero estamos ante personas emprendedoras. ¿Alguien podría negar que Magallanes, Elcano o alguno de los otros 237 hombres de a bordo no eran personas emprendedoras? Emprendedoras y valientes, como son los hombres y mujeres que inician la travesía para llevar a buen puerto un negocio. Asumiendo riesgos previsibles, como «vientos, borrascas y corrientes de agua por las que la flota tuvo que detenerse por miedo a naufragar» y otros menos probables, dado lo desconocido de la ruta o como ahora de las consecuencias de la pandemia.

Por eso, miro este nuevo tiempo con esperanza, estoy segura que los autónomos y autónomas daremos respuesta a las nuevas necesidades sociales reales, sabremos adaptarnos y resistir y como en la travesía de Magallanes y Elcano, la hazaña será reconocida.

Pero al igual que ellos, necesitaremos ayuda y será necesaria la colaboración público-privada, como entonces, para afrontar estos nuevos retos, que al igual que entonces, son inéditos y desconocidos. Más que nunca, la innovación será clave para conseguir esta adaptación. Tenemos que ser innovadores en las políticas públicas, en las relaciones sociales que permitan un consumo responsable que relance nuestra economía, en la forma de adquirir bienes y prestar servicios, donde la digitalización tiene un papel fundamental, y en general, en nuestra forma de vivir y afrontar la vida, como hicieran aquellos 239 hombres que cambiaron el mundo. Y el mundo no volvió ni volverá a ser el mismo.

Inés Mazuela

Secretaria general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Andalucía (UPTA).